Comida «rápida»

Por admin

Moscú, domingo 7 de octubre de 1990

Antesdeayer unos estudiantes veteranos nos propusieron ir al nuevo McDonalds. Como los novatos no habíamos olido la carne desde que llegamos a la URSS nos pusimos eufóricos. Provistos de nuestras bolsas, por lo que pudiera pasar, salimos a la caza de la, ejem, proteína animal. Bueno, la excursión del comando hispano al gran símbolo del enemigo capitalista en Moscú fue inenarrable. Yo ya sospeché que algo raro pasaba cuando salimos para allá a las cuatro de la tarde (¿No es un poco pronto para ir a cenar?). Bien, al llegar nos encontramos con una cola kilométrica (literalmente) que daba dos vueltas a la plaza. Cuatro horas más tarde (también literalmente) conseguimos aproximarnos a la puerta. Eran las diez y pico cuando entramos. Hora de cenar, en efecto…

Pero lo peor no fue el tiempo de espera, sino lo que dio de sí…

Primero, una descripción sucinta de los miembros del comando hispano: León y Víctor, dos raudos estudiantes de matemáticas de Cocentaina (becados por un ente llamado Partido Comunista de los Pueblos de España); Edu, un biólogo de Totana que lleva aquí cinco años y está casado con una rusa; Isabel y Marga, dos jóvenes madrileñas estudiantes de arqueología y fisioterapia que se ríen por todo; Manolo, un turolense que estudia 4º de veterinaria y ve menos que Pepe Leches; Mario, un aspirante a odontólogo de la misma ciudad (aunque si se lo dices se mosquea y afirma que él es de Vallekas, así, con k); Gorka, un vasco de Andoain que viene a estudiar Derecho (sí, amigos, Derecho-en-la-Unión-Soviética. Ojo: parece que existe cierta tendencia entre los vascos a elegir carreras cuyo contenido no sirve para nada más allá del telón de acero); Toni, un estudiante cubano que se ha unido a la excursión (ya les hablaré de la comunidad cubana, hay miles y miles y están por todas partes. De momento digamos que éste debe tener antepasados en Tolosa: lleva tres años en Moscú estudiando, redoble de tambores, ¡Publicidad!); y, por último, y por error, Dolores y Rosa, dos hermanas gemelas a las que su padre envió a este país con once años. Su progenitor es uno de los jerifaltes de la Asociación de Amistad España-URSS. Los veteranos aseguran que las gemelas espían a la comunidad hispana y pasan informes secretos a las autoridades soviéticas y a la asociación. La verdad es que son algo siniestras.

Repasada la alineación hispano-cubana, vayamos a los hechos:

Todo comienza cuando uno de los matemáticos de Cocentaina asegura haber visto a las gemelas en la acera de enfrente. La noticia desata el pánico de los veteranos, que corren despavoridos al grito de “agua, agua… Beria, Beria” (grito de guerra oficial para advertir de la presencia de las gemelas cuando se está en una situación contraria a los principios y prácticas del marxismo-leninismo), con tan mala suerte que, en su huida, Manolo derriba a una anciana obesa que rueda unos metros cuesta abajo hasta caer, literalmente, en una zanja. La bronca con el marido de la señora queda para los anales de la guerra fría: intervención de la policía (que aquí se llama “milicia”) y amago de detención de Manolo, neutralizada gracias a los dólares que los veteranos introducen en los bolsillos de los agentes. Parece que el soborno es práctica común por estas tierras…

Una vez recompuesto el grupo y tras más de dos horas de cola conseguimos acceder al establecimiento de comida norteamericana. Dentro compruebo con estupor que gran parte de las familias que habían hecho cola no entraban para comer, sino para ver y oler el establecimiento. ¡La peña va de excursión al McDonalds como el que se va a tocar a un santo! Flipante. Como muchos no tienen “guita” para pagarse la comida, se dan una vuelta, te ven comer y se vuelven pa casa. Eso sí, ya pueden decir a sus vecinos que han estado en el McDonalds. Algunos se dedican a esquivar a los (numerosos) matones para intentar sisar papeo bien de las papeleras bien de las sobras de tu plato. Entre los que sí pueden acceder al maná capitalista hay tres clases bien diferenciadas:

1) La masa autóctona: suelen pedir una ración pequeña de patatas y un vaso de agua y se tiran media hora degustando lentamente el menú. Frente a nuestra mesa había un matrimonio con un niño pequeño y una abuela. Los tres adultos salivaban mientras observaban al pequeño degustar al ralentí un diminuto pastel de manzana. Juro que la anciana miraba con odio al retoño.

2) Los extranjeros: colectivo compuesto por estudiantes, personal de las embajadas y empresarios que han llegado al reclamo de los nuevos negocios surgidos al calor de la “Perestroika” y el desarrollo de la economía mixta. Esto me lo ha contado Mesa, un estudiante de economía de Bilbao (Nota: Sí, yo también me lo he preguntado: ¿quién coño se va a un país socialista a estudiar economía? Pues uno de Bilbao. Pero lo más exagerado de Mesa no es eso, sino su gafe. Es algo que te advierten a la mínima los veteranos: a Mesa ni tocarlo, da mala suerte. Han prometido darme detalles de su extensa biografía de desastres e infortunios).

3) Mafiosos y burócratas corruptos que han acumulado algo de dinero y aspiran a convertirse en los nuevos ricos de esa economía mixta: dan mucha grima y son más horteras que Travolta, pero en malo malísimo. Al parecer la mafia está creciendo como la espuma, dentro y fuera del Partido (aquí todos los políticos son del mismo, no hay otro).

Resumiendo: entre sirios desquiciados, hongos galopantes y mafiosos esteparios, la cosa se está poniendo chunga. Esto promete…

cola-mcdonalds.jpg
Cola gigante en el primer McDonalds de la URSS. Moscú. 1990

Una respuesta a “Comida «rápida»”

  1. Cangrejo
    octubre 4th, 2007 16:55
    1

    Genial el blog, no conocía la peculiar historia de este chaval de torreperogil, y por cierto, lo de las putadillas y las coñas en plan tirar mierda en los baños y las duchas también se ve en los colegios mayores actuales, lo digo por experiencia (aunque con menos mierda y un poco más suaves :-D)

    Desde la primera entrada se quedó fijo en mis feeds.

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